Cuando te das cuenta de que no puedes explicar ese sentimiento...Prepárate.
"Me gustaba dejarle mensajes. Pedazos de papel en cosas que yo sabía que vería. Un "Buenos días" pegado a la taza de café, un "no te hace falta" en el espejo, un "te amo" en la mesilla de noche para que lo viera nada más despertar...".
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